CHILE: Hasta $8 millones cuesta diseñar la etiqueta de un vino premium

Las viñas chilenas están apostando por botellas con conceptos más minimalistas y tratando de marcar las diferencias con su competencia internacional.

PABLO TIRADO HENRÍQUEZ

Quien diga que la imagen no importa y que lo único valioso es el interior, claramente no conoce el mundo del vino. Una industria tan sofisticada que ningún detalle puede quedar al azar, menos aún las etiquetas con las que se "visten" sus botellas.

Adiós a Europa

Si hace 20 años las viñas chilenas ponían mucho acento en la composición, en la década pasada se inició una verdadera revolución por conseguir etiquetas y embalajes únicos. "Durante muchos años el arquetipo fue Francia, con etiquetas que se caracterizan por mostrar un château, fondos oscuros y algo de rojo. Ahora la tendencia es buscar conceptos que se adecuen a los vinos del Nuevo Mundo, que es la categoría internacional de Chile", señala Sergio Valderrama, diseñador y fundador de MV Diseños.

Valderrama junto a Luis Piano y Matías del Río son algunos de los que marcan pauta a la hora de cubrir botellas premium. "Elaborar una etiqueta requiere bastante experiencia. Hay códigos visuales que son muy específicos, que van más allá del diseño, y tienes que interpretar el espíritu del vino", dice Piano.

La firma de algunos de estos artistas en las etiquetas de una botella tiene precios variables, pero puede llegar a los $8 millones. Ahora bien, si además se encargan el diseño del embalaje o de los folletos de presentación, la cifra aumenta.

Aparte de buscar un sello distintivo para Chile -como moais, desiertos o palmas-, los nuevos diseñadores locales también han apostado por una estética más minimal. "Con la viña De Martino, por ejemplo, hicimos un rediseño en el que aparecen más blancos y menos impresión. La idea es que también sean más amigables con el medio ambiente", dice Pablo Jiménez, de Jiménez Freundenberg.

Tras la perfección

Conseguir la etiqueta perfecta no es tarea fácil. Se trata de un proceso que tarda meses -incluso años-, y en el que el diseñador trabaja codo a codo con los ejecutivos de las viñas. "Como las empresas chilenas exportan cerca del 70% de su producción, el trabajo de diseño es más largo porque muchas veces participan también los distribuidores internacionales", dice Sergio Valderrama.

El tipo de papel tampoco queda al azar, pues es necesario que se adapte a cada vino. A juicio de los expertos, lo más difícil es construir la etiqueta de los vinos blancos porque la gente los lleva al congelador y pocos materiales lo resisten adecuadamente. Aunque se obtienen mejores resultados con papeles con más de 100 gramos de espesor, la mayoría de las viñas utiliza 90.

Personalización

Para quienes deseen productos más exclusivos existen empresas que ofrecen etiquetas personalizadas a gusto del consumidor. Algunas de ellas son Toro Rojo y Arte en Vino. Los diseños se construyen en conjunto con la empresa, y cuestan desde $6 mil la botella.

Luis Piano, uno de los grandes del diseño de etiquetas

Hace ocho años que Luis Piano se dedica exclusivamente al diseño de etiquetas para vinos, transformándose en uno de los mayores referentes del área. Formado en su natal Argentina, este diseñador y también fotógrafo llegó a Chile a principios de los 90.

"Soy un poco maniático", dice el artista para explicar su estilo de trabajo. Señala que cuando comienza a trabajar con un nuevo cliente, se encarga de todo. "Lo único que delegamos es la imprenta", agrega. Cuenta que si el cliente le entrega el visto bueno un domingo a las 3 de la tarde, en ese mismo instante se pone a trabajar.

Tal obsesión con el trabajo parece haberle dado frutos. Porque además de múltiples premios tanto nacionales como internacionales, trabaja para las viñas más importantes del país, como Concha y Toro, Morandé y San Pedro.

Desde Abbott a Bororo: artistas encantados

Corría 1989 y la Viña Canepa se embarcaba en un proyecto único: había decidido poner en las etiquetas de sus vinos obras de Nemesio Antúnez.

Veinte años después, la iniciativa ha sido replicada por distintas viñas nacionales que han pedido a artistas locales crear diseños para sus nuevos productos.

Es así como Catalina Abbott se encargó de la línea Secreto de Viu Manent; Samy Benmayor puso su estilo a las botellas de Altair, y Benjamín Lira se ha especializado en etiquetas para la Viña Quebrada de Macul. La historia también recuerda a Claudio Bravo, quien en los años 60 hizo un retrato para que fuera ocupado como etiqueta.

Hicieron historia

PIONERO DE MORANDÉ

En 2008, esta etiqueta fue elegida la mejor del mundo en el segmento de los varietales por la revista Wines & Spirits.

YELLOW TAIL

Un canguro es el símbolo de este vino australiano que, de la nada, pasó a ser el más vendido en EE. UU (5 millones de cajas).

MONTES

El pintor e lustrador británico Ralph Steadman diseñó los ángeles que visten la botella de los vinos Montes Cherub y Montes Folly.

CHÂTEAU MOUTON ROTHSCHILD

Acostumbrada a poner en sus etiquetas a creadores como Dalí, Matta, Miró o Picasso, en 2007 fue el Príncipe Carlos quien adornó una botella de esta viña.


FUENTE. http://diario.elmercurio.com/

Comentarios

Entradas populares de este blog

Las 3 banderas de Chile

FALLECE ROY GARBER, UNO DE LOS PROTAGONISTAS DE LA SERIE “GUERRA DE ENVÍOS” EN A&E

Falleció hija de dos años de la periodista Mónica Rincón.Clara Galdames dejó de existir en horas de esta mañana, tras llevar días internada en la UTI por problemas al corazón. La niña había presentado complicaciones físicas desde su nacimiento.