COSTA RICA: La inversión extranjera sigue presente

MBA.Alfredo Puerta
06 de junio del 2009

Una de las mayores preocupaciones para la economía costarricense frente a la crisis mundial es la disminución considerable de la Inversión Extranjera Directa (IED), dado que los inversionistas cada vez buscan más disminuir sus exposiciones en mercados internacionales en búsqueda de menos volatilidad. En Costa Rica, sin embargo, con todo y su menor volumen, sigue muy presente. En Centroamérica, con la excepción de Guatemala, la mayoría de los países depende considerablemente de la inversión extranjera, ya que sus economías se han hecho dependientes, bien por la poca profundidad de su aparato productivo o porque sus principales consumidores provienen de los mercados internacionales. Esto lo podemos apreciar en la gráfica siguiente, donde se observa que algunos países cuya producción interna es excedentaria, como el caso de Brasil y Chile, conformándose en exportadores naturales, la participación y dependencia de la inversión extranjera es menor. En el caso de Costa Rica, el turismo y las exportaciones de bienes continúan siendo las principales fuentes de ingreso, por lo que su exposición a los mercados internacionales es evidente, en especial en cuanto a los factores que los afectan y determinan sus contracciones y expansiones. Adicionalmente, el país ha realizado los últimos años, una apertura cuyo propósito es persuadir a empresas extranjeras para que establezcan sus operaciones en el territorio nacional, con el fin de que atiendan a sus mercados naturales desde aquí; tal es el caso de los call centers y otros centros de servicio que operan actualmente, cuyo crecimiento depende de las condiciones económicas que éstas transnacionales tengan que afrontar en sus países de origen. Según cifras del CINDE, durante el 2008 ingresaron al país 30 nuevas empresas que aportaron cerca de 6.300 nuevos puestos de trabajo e introdujeron al país cerca de 429 millones de dólares, lo que equivale al 21% del total de la IED para ese año. Adicionalmente, CINDE indica que el número de empresas en el 2008 fue un 20% superior al del 2007 donde el sector de servicios y el médico reportan el mayor crecimiento. Sin embargo, el sector de servicios es que el mantiene una mayor preponderancia, conformando el 49% del total de empresas extranjeras radicadas en el país. La inversión Extranjera Directa ha crecido en los últimos ocho años en términos reales un promedio del 22% anual; no obstante, este crecimiento ha venido siendo menor desde el año 2006 donde el promedio de crecimiento fue del 17% anualizado. Esta tendencia alcista de la inversión extranjera fue impulsada, principalmente, por los sectores industrial e inmobiliario hasta el año 2007 y en virtud de la crisis mundial presentada en el 2008, éste último se ha visto seriamente afectado, en especial en el sector turístico, donde buena parte de los complejos ubicados hacia el Pacífico se encuentran detenidos o no iniciados. Por su parte, el sector de servicios y el financiero se perfilan como los de mayor importancia; en especial el primero, por el auge de empresas en este rubro. El crecimiento económico Es de esperar que el crecimiento económico de la nación esté en buena medida atado a la inversión foránea, ya que su actividad económica principal está atada a los mercados internacionales; además, la creación de nuevas empresas favorece el empleo y, por ende, estimula el consumo. Adicionalmente, si bien es cierto que esta variable ha presentado una importante desaceleración, todavía se mantiene en crecimiento. Los sectores tradicionales de mayor crecimiento en la economía han sido los relacionados con la industria manufacturera, el comercio, restaurantes y hoteles y el transporte y comunicaciones. Al menos estos últimos que están directamente relacionados con el turismo, se espera que estén relacionados con la inversión foránea. La economía costarricense cuenta para la medición de su crecimiento, con el Índice Mensual de Actividad Económica (IMAE) que registra las variaciones reales que se dan en la producción de los bienes y servicios que se producen en la economía y que se conocen como el Producto Interno Bruto (PIB). Como se muestra en la gráfica contigua, en los últimos 10 años el crecimiento acumulado de este indicador ha sido positivo, con una clara disminución a partir de enero de 2008; situación que era de esperarse, debido a su relación con la crisis internacional, ya que si la situación global decae, la economía debería disminuir considerablemente y tal y como se aprecia en la gráfica, esta cayó cerca de un 10% durante el 2008, lo cual equivale al crecimiento experimentado por la economía desde el año 2006 al 2008. Sin embargo, al tratar de correlacionar las variables de crecimiento e inversión, observamos que ésta última ha crecido más que proporcionalmente en relación con la primera; es decir, que ha habido mayor cantidad de inversión en términos relativos que crecimiento de la economía, lo que pareciera indicar que pese a que ha habido ingreso de recursos, éstos no se han traducido en mayor crecimiento para la nación. La situación anterior puede ser explicada o, al menos mejor entendida, al desglosar los sectores de mayor crecimiento dentro del IMAE; ya que al observar qué áreas de la economía están creciendo, se puede observar cuáles están más relacionadas con el mercado externo y cuáles con el interno. La siguiente gráfica muestra, el crecimiento acumulado de estas variables de mayor importancia, donde destacan, de manera inmediata el transporte, almacenamiento y comunicaciones, los otros servicios prestados a empresas, los servicios financieros y seguros y, los servicios de intermediación financiera medidos indirectamente. Es claro que estos sectores están relacionados en buena medida con la Inversión Extranjera Directa, en especial el sector de servicios prestados a empresas y que, a diferencia del resto, son los que han mostrado consistentemente un crecimiento sostenido en los últimos 10 años y en especial durante el 2008. Por su parte, los sectores básicos de la economía como lo son el comercio, la manufactura y el turismo se han visto fuertemente afectados por las condiciones internas de ésta y los impactos globales de los mercados; esto es especialmente cierto en el caso del turismo, ya que su crecimiento desde el punto de vista de demanda y de formación de infraestructura, dependen de las disponibilidades de recursos del mercado internacional. Por su parte, para el comercio y la manufactura, sus mercados naturales son locales y su potencial de crecimiento se encuentra limitado al tamaño de la economía, mientras que en los sectores financiero y de servicios, sus mercados son internacionales y con mayor potencial de crecimiento por lo que son susceptibles de presentar mejores opciones de expansión en el largo plazo. Los servicios ofrecidos por estos sectores, que en primer lugar no son colocados en el país y no estimulan ni el mercado ni el consumo interno, en su mayoría se limitan a la producción de bienes y servicios sin la agregación de valor local, no generan mayor aporte al crecimiento a la actividad económica local, salvo por la creación de empleos y el pago de impuestos. En vista de esta situación, en la medida en que la producción del servicio sea f i na ncieramente rentable dentro del país, la inversión en estos sectores continuará incrementándose y generando mayores empleos, más no necesariamente creando mayor mercado. Es más, la inversión que se realiza en este tipo de industria no es intensiva; es decir no implica mayor maquinaria y de hecho en términos comparativos con la industria manufactura es de mucho más fácil manutención ya que no requiere de grandes infraestructuras inmobiliarias, lotes y otros, sino lo que requiere en la gran mayoría de los casos, es de espacio de oficina y telecomunicaciones. En este sentido, la inversión del sector financiero es aún más volátil en cuanto a la movilidad del capital, ya que generalmente se produce cuando hay oportunidades de inversión a tasas elevadas de mercado y migra cuando hay mejores oportunidades fuera; no obstante, se podría pensar que el tipo de inversión financiera que está recibiendo el país está más orientada a la creación de centros de servicio a distancia para clientes, como es el caso del Bank of América y Citibank entre otros. La comp etitividad Si las empresas ubicadas en los sectores cuyo crecimiento se ha visto mermado quisieran poder incrementar sus oportunidades, es posible que sea el momento de comenzar un plan de internacionalización de sus productos; no solamente a la luz de los tratados de libre comercio que en la actualidad se están implementando, sino también en aquellos mercados latinoamericanos de mayor crecimiento como pudiera ser Colombia, Chile o Perú. La situación anterior quizás pueda motivar a nuevos inversionistas para que se interesasen en producir bienes finales o intermedios en el país para la exportación a mercados más grandes y de mayor potencialidad de crecimiento.

Como se indicó anteriormente, en virtud del gran nivel de precaución que tienen las empresas e inversionistas, el gran reto del país en torno a la Inversión extranjera, reside en lograr ser lo suficientemente competitiva para poder generar mayor atractivo y menor percepción de riesgo. Esta competitividad no solamente debe formularse desde el punto de vista de menores cargas impositivas u otros beneficios o incentivos; sino más bien desde un punto de vista más integral. En el último Informe del Banco Mundial, Doing Business 2009, muestra que de los 181 países que cubre el estudio Costa Rica quedó en la posición 117; principalmente por la poca facilidad en torno a la obtención de permisología para constitución de empresas y la construcción de inmuebles para éstas, en comparación con otros países de la región. De igual forma el informe indica que se necesita una mayor protección jurídica para el inversionista y una política impositiva menos restrictiva y más efectiva, ya que la posición ocupara por el país es la 152 en este rubro. En este sentido, situaciones como la presentada con la apertura de las telecomunicaciones donde el exceso de requisitos y detalles técnicos, que si bien pueden ser de suma importancia quizás manejados en términos menos restrictivos pueda contribuir a una sana política de crecimiento interno. Por otro lado, existen amplias fortalezas en la facilidad de emplear personal, lo que se refuerza en virtud de una encuesta realizada en días pasados por el CINDE donde se indicaba que había mayor cantidad de personal completamente bilingüe y con mayor capacitación técnica. Adicionalmente, otra de las fortalezas es la facilidad de realizar intercambio comercial internacionalmente, lo que en definitiva puede ser una oportunidad importante para atraer capitales frescos. La inversión en el país tiene buenas oportunidades de mantenerse y de incrementar; sin embargo, depende de la capacidad que se tenga de lograr mejoras competitivas para las nuevas empresas y sobre todo si se desarrolla una apertura mayor de intercambio internacional. Por otra parte, se debe procurar un fortalecimiento de la economía interna para que más sectores puedan generar mayor crecimiento y mayor amplitud de oportunidades.
FUENTE: http://actualidad-e.com

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