Desde España : El Gobierno chileno niega el permiso para colocar una gigantesca figura de bronce de Juan Pablo II en Santiago por motivos estéticos

Juan Pablo II tenía fama de conciliador y viajero, unos atributos que pronto le convirtieron en el Papa más mediático de la historia. Cuatro años después de su muerte, Chile vive una polémica que le hace un flaco favor a su reputación. La Universidad San Sebastián ha querido rendirle homenaje con una gigantesca figura de bronce que pretende instalar en una plaza de Santiago, la capital del país, pero el Gobierno no está por la labor de dar luz verde a la iniciativa. ¿El motivo? Que la estatua «constituiría un hito de nueva significación en un espacio cuya vocación urbana es de área verde». Los promotores de la colosal efigie le buscan ahora una nueva ubicación en tierras chilenas y, aunque cada día les llegan decenas de peticiones, una isla enclavada frente a Puerto Montt parte como favorita en la lista de emplazamientos idóneos.
Con 13 metros de altura -el equivalente a un edificio de cinco plantas-, la figura presenta a Karol Wojtyla con el báculo pontificio en la mano izquierda y la mano derecha en alto. El proyecto ya nació envuelto en la controversia. Todo porque su autor, Daniel Cordero, es hermano del vicerrector y la institución académica presupuestó en más de medio millón de euros los trabajos para dar forma a la impresionante talla. Tampoco tardaron en aparecer los detractores del monumento por su grandiosidad, que «en nada refleja la humildad» del protagonista. Ni siquiera en el seno de la jerarquía católica existía unanimidad en torno a la faraónica obra.
La estatua del popular pontífice se encuentra prácticamente terminada; sólo queda por cubrir de bronce la base de arcilla moldeada por Cordero para que pueda salir del taller. El problema es que no dispone aún de un lugar donde instalarse. Y hallarle una ubicación alternativa a la original en Santiago parece una misión imposible, más que nada porque el Consejo de Monumentos Nacionales cree que la figura «no respeta la historia urbanística de la ciudad».
Muchos chilenos creen que el gigantesco Juan Pablo II debería ser colocado en lo alto de una colina desde la cual se divisara la capital o, en su defecto, en un espacio privilegiado frente a la costa del Pacífico. De ahí que guste la idea planteada por el alcalde de Puerto Montt de erigir la pieza en la isla de Tengo, un paraje frente a la urbe costera que en días soleados ofrece unas vistas privilegiadas de los volcanes Osorno y Calbuco. Se ha realizado incluso un fotomontaje para ver cómo quedaría.
Otras poblaciones con un importante tirón turístico han presentado públicamente su candidatura para albergar la descomunal escultura. Ninguna parece tener un plan tan apetitoso como el de Puerto Montt, salvo Cerro Navia, un distrito de Santiago que dice gozar del apoyo de varias organizaciones religiosas. Hipoteca Smash: ven a Banesto y acaba con el suelo de tu hipoteca

fuente: http://www.elcorreodigital.com

Comentarios

Entradas populares de este blog

Las 3 banderas de Chile

FALLECE ROY GARBER, UNO DE LOS PROTAGONISTAS DE LA SERIE “GUERRA DE ENVÍOS” EN A&E

Falleció hija de dos años de la periodista Mónica Rincón.Clara Galdames dejó de existir en horas de esta mañana, tras llevar días internada en la UTI por problemas al corazón. La niña había presentado complicaciones físicas desde su nacimiento.